Camino de Santiago

A veces el dolor no duele

Mi experiencia en el Camino de Santiago

Un whatsapp oportuno de una persona inesperada, pero sin duda la más adecuada para escribirlo llegaba a mi móvil para brindarme la oportunidad de realizar uno de mis deseos desde hacía años: hacer el camino de Santiago, o como coloquialmente decíamos nosotros “ir en busca er Santi”.

Y es que elegir bien a tu compañer@ de viaje creo que es más importante que el sitio al que se vaya, sobre todo si es como mi amigo; la alegría y la positividad personificada.

Su nombre es Jairo, fotógrafo de OriJen Fotografía, o cómo a él le gusta llamarse, contador de historias.

Dos días antes de emprender nuestro camino quedamos en Granada para organizarnos un poco, pero pasó lo que pasa cuando se juntan dos personas creativas….que lo poco que organizamos fue ir a la nueva tienda de “cosicas poco útiles que nos gustan tanto” , alias TIGER, a comprarnos algo igual y llamativo para llevar en el camino.

Después de recorrernos toda la tienda y volver loca a la pobre dependienta… ¡¡¡allí estaban!!! Fue amor a primera vista <3

Os dejo foto de nuestra elección

Llegó el día, y lo único que teníamos preparado era la mochila que formaría parte de nosotros durante una semana, aunque la mochila de Jairo realmente parecía el bolsillo de Doraemon. Atravesamos España destino Sarria, nuestro punto de partida.

Nos alojamos en el albergue La casona de Sarria, lugar que recomiendo por su limpieza, comodidad y a destacar el buen trato por parte de sus dueños.

Allí conocimos a nuestros 2 compañeros valencianos, Jose y David, que se unirían con nosotros a la aventura peregrina. Conectamos tanto desde el primer momento que al rato de estar juntos ya estábamos de cervezas como si de toda la vida nos conociéramos.

Si algo teníamos en común era nuestro espíritu tabernero, algo que marcó nuestro modo de sobrellevar los 24kms andando de media de cada día. Las llagas en las plantas de los pies, el dolor de hombros, piernas y espalda, estar de pie tantas horas, dormir poco día tras día … todo esto era mermado cuando llegabas al destino y pedías una Estrella Galicia 1906 bien fresquita.

SARRIA – PORTOMARÍN – PALAS DE REI – BOENTE – PREDOUZO – SANTIAGO

Cada sitio tenía su encanto, el camino entre cada uno de ellos era diferente pero a la vez provocaba lo mismo: paz, alegría y afán de superación.  Etapa tras etapa convivías o te cruzabas con la misma gente de ayer pero a la vez con gente distinta. Todos teníamos el mismo fin por distintos motivos, y eso era algo que nos unía. Escuchar una y otra vez lo de “buen camino”, compartir historias con otros peregrinos, superar el dolor, el cansancio minuto a minuto, el frío, el calor, el ruido, el silencio, la incertidumbre de dónde dormirás porque no hay sitio en ningún albergue a 10kms a la redonda y terminar durmiendo endiscotecas, gimnasios o casas de hombres raros que dicen ser el mismísimo Dios, darte cuenta de que el Santi está cada vez más cerca y que a la vez queda menos para terminar este viaje… todo esto  se supera mucho mejor con los 3 pedazo de compañeros que me acompañaban y me hacían sentir como una princesa.

Cantábamos, inventábamos bailes sin importar los dolores ni la gente que nos viera, nos integrábamos con los lugareños en las fiestas del pueblo, que se empeñaban en hacernos seguir el camino del peregrino en vez del camino de las tabernas y los gin tonics.

¡Nos sentíamos los reyes del mundo!

Y no hay mejor sensación que llegar a Santiago después de ese sufrimiento y sentir que has conseguido lo que te proponías y que en momentos puntuales pensaste que no conseguirías.

Al final nuestros amigos terminaron contagiados de la “gracia andaluza” y terminamos comprando ropa adecuada para salir con algo en común: la camiseta de hombre más chula del Pull & Bear que tuvieron el detalle de regalarme =)

Éste fue el resultado.

Recomendaciones:

  1. Si vas en Agosto al camino, reserva albergue con mucha antelación y lleva poco peso en la maleta.
  2. Cuando llegues a Santiago, ponte unos cascos con música, aléjate de la gente y vive esa sensación solo.
  3. Si la gente te habla o se dirige a ti ¡HUYE! que no te pase como a mi que en el momento de girarme a ver la imponente catedral me pidieron hacer una foto y la vi a través de un objetivo.
  4. Cómete un pulpito en Melide.

En conclusión, no hay dolor si te rodeas de gente que te ayuda a olvidarlo.

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